El estupefaciente fue localizado en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas en cuatro garrafas de vidrio, de siete litros cada una, que portaba un hombre que se disponía a volar hacia Argentina
Los detenidos transportaban el estupefaciente en camiones desde el centro de Europa hasta España, camuflándolo entre carga legal hasta la localidad de Villarreal (Castellón) donde residía el cabecilla